Screams from Childhood - Walls

 
gritos de la infancia
biografía Bárbara Rogers
prefacio: una niña héroe
capitulo 1
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muros

escrito en Chicago, 1982

muros, tan sólo muros —oscuros, impenetrables, amenazantes—
me rodean —ellos han agotado mi fortaleza—
se han erigido frente a mí, inmensos, abruptos, invencibles
ellos se interponen entre los demás y yo
entre mis hijos y yo —entre mi esposo y yo—
entre estar viva y yo
llena de miedo y dolor
me separan de mi libertad y de ser Yo misma
consisten en una larga batalla contra la ansiedad
tan sólo doblegada por el Valium
no he tomado esta droga
durante los tres meses que llevo en terapia
a los treinta y dos años de edad

una tormenta de sentimientos desconocidos se apodera de mí
tengo pulmonía y fiebre alta
también tengo mi primer sueño en la terapia
el primer sueño que puedo recordar en toda mi vida

 

estoy acurrucada bajo una cobija
en una esquina del sofá de mi terapeuta
cuando tres figuras negras furiosas entran en su oficina
mi terapeuta se levanta y discute con ellos
me sorprende ver cómo se enoja
mi amable, suave y cortés terapeuta
afuera en el corredor escucho muchos, muchos niños gritando
levanto mi cobija y me pongo los zapatos
con el sentimiento de desolación
de tener que salir de esta habitación
—en donde me siento más segura
de lo que jamás me he sentido en mi vida—
para regresar a donde están esos niños que gritan

sola en casa el sueño me llena de temor
la ansiedad, la desesperación y la soledad me aplastan
tan sólo una vez por semana puedo ver al doctor
¿con quién puedo compartir este caos en mi interior?

busco una pluma y una hoja de papel
y escribo
es la primera vez que le pongo un nombre a mis sentimientos
que trato de ponerlos en palabras
de repente ellos se vuelven visibles en el papel al frente mío
pero no entiendo lo que estoy leyendo

el papel es paciente y no teme —escucha—
puedo confiarle mis pensamientos, puedo hacer preguntas
¿por qué hay muros? ¿quién los construyó?
¿cómo puedo derrumbarlos?
¿por qué la vida es una carga tan pesada?
me gustaría poder caminar con más ligereza y confianza
me siento tan cansada de arrastrar
mis piernas pesadas como un plomo

he visto atisbos de lo que hay del otro lado de estos muros
momentos en que me siento viva
veo colores, diversidad, desafíos
y no este enredo de temores, dolor y confusión
mi deseo de llegar al otro lado es tan fuerte y desesperado
pero el otro lado parece tan distante —demasiado distante—
como otro planeta, otro sistema solar
inaccesible para mí

el doctor no teme mis sentimientos
¿podrá ayudarme?
fue un gran acto de valor comenzar la terapia
decir
necesito ayuda
soy la mayor de seis hijos
debo apoyar, mantener y guiar a las personas a mi alrededor

una vez el doctor me dijo:
¿será que no quieres hablar de ti aquí
porque no quieres ser un problema para mí?

rodaron por mis mejillas las primeras lágrimas en terapia
—la fuente de una gran corriente—
mientras contestaba:
no, no podría ser un problema,
siempre he tratado de ser perfecta

el doctor dio la vuelta y me trajo una caja de pañuelos faciales
con una pequeña sonrisa en su rostro serio, me dijo:
esto es para todas las personas perfectas

esa tarde en casa, yacía en la oscuridad de una habitación
escuchaba la música
él había logrado llegar a mi interior
sentí como si estuviera llena de una masa negra
pesada y viscosa como brea pegajosa
el doctor logró que yo la sintiera

el día de hoy, esta sesión, me llenó de esperanza
quiero encontrar la salida

 

© Bárbara Rogers

Traducido por Adriana Miniño

 

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